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jueves, 31 de enero de 2013

LAS CALAVERAS DE CRISTAL: ¿un legado extraterrestre?

Un día de 1927, Fredrik A. Mitchell-Hedges encontró uno de los hallazgos más sorprendentes de la história. Un curioso objeto de cristal de 12,7 cm de altura y aproximadamente 5 Kg de peso: se trataba de una calavera de cristal a tamaño natural con la mandíbula articulada.


Mitchell-Hedges era un personaje insólito en los años 20. Llevaba el espíritu aventurero en sus venas, e hizo grandes exploraciones en América siguiendo las huellas mayas. 


Uno de sus primeros objetivos fue la zona de Punta Gorda, donde empezó sus excavaciones en plena selva con el fin de encontrar ruinas de antiguas civilizaciones precolombinas. Con la ayuda de sus empleados nativos y con las inclemencias del clima tropical entorpeciendo su trabajo, tardó unos meses en poder hallar un complejo arquitectónico impresionante; Se trataba de una gran plaza de piedra, varias pirámides, casas y cámaras subterráneas a los que bautizó con el nombre de Lubaantum, lo que significa "Ciudad de las Piedras Caídas".

El arquólogo Mitchell-Hedges estaba entusiasmado con su descubrimiento, ya que se creía que las ruinas pertenecían a vestigios de la mítica Atlántida. 

En sus exploraciones le acompañaba su hija adoptiva Anna, que por aquél entonces no era más que una adolescente. El día en que cumplió 17 años hallaron el gran descubrimiento, tal y cómo ella misma nos narra: 




Durante días veíamos algo entre las piedras al recibir los reflejos del sol y no descansamos hasta hacer accesible aquel lugar. Fui yo quién lo rescató, porque mis manos eran más pequeñas que las de los demás, y se lo enseñé a mi padre. Él se resistía a creer en el descubrimiento de aquel cráneo de cristal...

Esta calavera es conocida con el nombre de "Cráneo del Destino". Se trata de un objeto hecho de cristal de roca fabricado en una sola pieza, con un acabado tan extremadamente pulido que se asemeja a un cráneo humano. 




El arqueólogo le regaló el cráneo a su hija por haberlo descubierto el día de su cumpleaños. En la actualidad es Anna Mitchell-Hedges quien se encarga de exponerla y hacerle estudios técnicos. 

Se ha descubierto que el cuarzo con que está hecha la calavera es de una dureza de siete sobre diez en la escala de Mohs, por lo que significa que para lograr tallar esta pieza sólo se pudo emplear un cristal aún más resistente, como es el rubí o el diamante. Otras posibilidades serían la ejecución mediante la fundicion del mineral y el uso de un molde para darle la forma deseada, o la utilización de una técnica con láser. El caso es que todas ellas son imposibles en la época de los mayas.

En 1970 la familia Mitchell-Hedges entregó el cráneo a los laboratorios de Hewlett Packard para que lo estudiaran. Se descubrió que el cuarzo fue tallado en contra de su eje natural, hecho que hubiera provocado una rotura del cristal, sin duda, incluso mediante la técnica láser. Tampoco hallaron indicios de que la pieza fuera tallada con herramientas metálicas: postularon que fue pulida entre 150 y 300 años mediante la utilización de arena. Sin embargo, el hecho de pensar en que tanta gente dedicara su vida al pulido de una pieza durante varias generaciones mediante la fricción por arena no deja de ser bastante cüestionable.

Expertos del British Museum aseguran que la calavera se remonta a la época de los aztecas, en 1.300-1.400 d.C. Sin embargo, los nativos que acompañaron a Mitchell-Hedges en su expedición decían que según sus creencias, la "Calavera del Destino" tenía más de 3.600 años de antigüedad.

Existen dos calaveras más realizadas en cuarzo, aunque no han sido talladas con tanta precisión como la de Mitchell-Hedges. Una está expuesta en el Museum of Mankind, en Londres, y la otra en el Trocadero Museum, en París. Las dos calaveras fueron descubiertas por soldados en México por el año 1890. 

Calabera expuesta en el Museum of Mankind, en Londres.

Calavera expuesta en el Museo de Etnografía del Trocadero, en París.

La calavera que tienen expuesta en Londres se considera la gemela de Mitchell-Hedges, pero con una salvedad: la mandíbula de la primera no es articulada, sino que está fija a la parte superior.

El antropólogo Morant estudió las dos calaveras llegando a la conclusión de que eran modelos de un mismo cráneo, seguramente de una mujer, y que uno de los cráneos era una copia del otro, siendo el de Mitchell-Hedges el original.



PODERES OCULTOS DE LAS CALAVERAS


Cuando la conocida como calavera británica entró por las puertas del British Museum, una serie de acontecimientos inexplicables se sucedieron. Hay testigos que afirman haber presenciado repentinos desplazamientos de objetos a causa de la presencia de la calavera, así como invasiones de perfumes diferentes e inexplicables. 

Pero sin duda, las declaraciones más inquietantes son las que provenían de los encargados de la limpieza del museo, quienes atribuían a la calavera poderes ocultos que se hacían evidentes por la noche, durante su turno. Tales fueron los temores del personal de limpieza, que finalmente consiguieron que el museo cubriera la vitrina donde estaba expuesta la calavera por un pesado paño durante las horas nocturnas.

Desde el descubrimiento de las calaveras siempre se les ha atribuído un poder mágico oculto, y se cree que son representaciones de un Dios Maya.

Existe la creencia maya de que en el mundo hay 13 calaveras de tamaño natural, que en cuanto sean descubiertas y juntadas, nos transmitirán toda su sabiduría. Pero que no pasará hasta que el hombre está preparado para tales conocimientos.




Desde luego, su origen es todo un misterio, pero lo es aún más su método de ejecución. Hay teorías que postulan que los orígenes de las calaveras serían extraterrestres. ¿Serán objetos manufacturados por ellos mediante tecnología alienígena avanzada, o más bien sus propios cráneos, hechos de un material mucho más resistente y con una estructura más perfecta que el hueso?...

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